martes, 9 de febrero de 2010

Era otoño en París...


Era otoño en París, tras la lluvia

vi a una diosa gentil que eras tú,

una flor de marfil que humedecía

las baldosas de la Ciudad Luz.


Era otoño y en el mapa de la niebla

me topé con una estatua que eras tú,

era otoño en la ruta de los sueños:

Pernambuco, Macedonia, Timbuctú...


Era otoño, y en el mar de la nostalgia

imaginé una sirena que eras tú,

que en la bruma amarilla de la angustia

puso rumbo hacia la Cruz del Sur.


Era otoño, y en un país antiguo

encontré una esfinge que eras tú,

en sus ojos de arena como espuma

se reflejaba la luna del Perú.


Era otoño en París, bajo la lluvia,

encontré una estatua que eras tú,

que emanaba una fragancia transparente

en todos los rincones de la luz.


Era otoño, y en los rincones de mi alma

encontré las ruinas de una cruz

que una vez fue estatua, esfinge, sirena,

diosa, nostalgia, maravilla... tú...



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