Era otoño en París, tras la lluvia
vi a una diosa gentil que eras tú,
una flor de marfil que humedecía
las baldosas de la Ciudad Luz.
Era otoño y en el mapa de la niebla
me topé con una estatua que eras tú,
era otoño en la ruta de los sueños:
Pernambuco, Macedonia, Timbuctú...
Era otoño, y en el mar de la nostalgia
imaginé una sirena que eras tú,
que en la bruma amarilla de la angustia
puso rumbo hacia la Cruz del Sur.
Era otoño, y en un país antiguo
encontré una esfinge que eras tú,
en sus ojos de arena como espuma
se reflejaba la luna del Perú.
Era otoño en París, bajo la lluvia,
encontré una estatua que eras tú,
que emanaba una fragancia transparente
en todos los rincones de la luz.
Era otoño, y en los rincones de mi alma
encontré las ruinas de una cruz
que una vez fue estatua, esfinge, sirena,
diosa, nostalgia, maravilla... tú...
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