viernes, 15 de enero de 2010

Para tanta soledad me sobra tiempo...


Mirar alrededor y comprender


que uno ha vivido con corbatas de amargura


y camisas de tristeza.



Después arrancar de la pared la última foto


y guardarla en un álbum de polvo y silencio


para seguir amontonando soledad con la punta del zapato


y nostalgia en el pañuelo de la noche.



Recordarte de repente


y volverte a recordar cada tarde


con tu figura exacta y los ojos fijos.



Luego volver a soñarte


y a perderte en un callejón del pasado


dejando una sonrisa olvidada


en el perchero del tiempo.



Y casi a la medianoche


pronunciar tu nombre sin querer,


y darse cuenta que la noche y el amor


son conceptos diferentes de otoño y soledad.




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