Muchacha,
muchacha perseguida,
sombra lánguida,
espectro del ‘te quiero’ abandonado
en la agonía del oleaje y de la lluvia.
Muchacha
sola al sol de mediodía
descifrando el estertor de la esperanza
en la escuálida luz de la ceniza.
Muchacha
como un loco despertar de un loco sueño,
como el sordo silencio de la hierba,
como el secreto sollozar de las palomas.
Así te quieren estas manos que se quiebran
en fragmentos de caricias a la almohada.
Así te quieren estos labios que revientan
como pompas de palabras en silencio.
Así te quiere este deseo que retoña
como eterno amanecer si te respira.
Así te quiere esta estrella cristalina
que me astilla silenciosa la alegría.
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario