Construyamos los ‘te quiero’ poco a poco,
suave a suave como peces de colores.
Construyamos este verso que nos falta
para dejar de estar en la penumbra.
Viene el viento y con él viene la vida
lentamente como un barco entre arrecifes
jugándose ignorante la coraza
para evitar el naufragio inevitable.
Construyamos una red con nuestra ansias
para salvarnos esta vida que se escapa
entre el hueco de este otoño ceniciento
y los ojos abiertos de los muertos.
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