¿Qué extraño concepto de felicidad
nos llevará de nuevo a las charlas por las tardes,
a los parques y a las palomas,
a los primeros besos?
¿Qué escondido paso nos arremete
con su esencia de ternura
a las charlas desamparadas,
a los parques sin palomas,
a los rezos mil veces repetidos?
¿Qué parpadeante amor
nos mantiene flotando,
cayendo,
sonriendo,
tristes,
solitarios...
reiterándonos los ‘te quiero’
con la invisible honestidad del silencio?
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